Los aceites de oliva son productos comunes en cualquier hogar y son usados en una gran variedad de platillos en todo el mundo. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que existen distintos tipos de aceites de oliva, siendo los más comunes el aceite de oliva virgen y el aceite de oliva refinado. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos productos y cuál es mejor para cocinar? Vamos a descubrirlo.
El aceite de oliva virgen es un producto 100% natural que se extrae directamente del fruto de los olivos. Para obtener este aceite, las olivas son recolectadas y prensadas sin la adición de ningún producto químico. Este proceso es conocido como prensado en frío, y produce un aceite de alta calidad que mantiene el sabor natural y los nutrientes de las olivas.
Dentro de la categoría de aceite de oliva virgen, existe el aceite de oliva virgen extra, que se considera el mejor aceite que se puede obtener. Este aceite se obtiene a través de un método de extracción mecánica en el que no se añade calor ni productos químicos. El aceite de oliva virgen extra tiene un sabor intenso y es más caro que otros tipos de aceites de oliva.
El aceite de oliva virgen es una excelente opción para aderezar ensaladas, tostadas o para utilizar en platillos en los que se busca resaltar el sabor de los ingredientes.
El aceite de oliva refinado se obtiene a través de un proceso de refinamiento químico que elimina los defectos del aceite de oliva virgen. Este proceso implica el uso de productos químicos como Ácido Sulfúrico, Ácido Cítrico y Carbonato Sódico, lo que hace que pierda sabor y algunos nutrientes.
Este tipo de aceite es una buena opción para cocinar, ya que tiene un sabor más suave y es más económico que el aceite de oliva virgen extra. Sin embargo, no es recomendable para platillos en los que se busca resaltar el sabor del aceite de oliva.
La elección entre el aceite de oliva virgen y el aceite de oliva refinado depende del uso que se le vaya a dar. Para las preparaciones que requieran mayor temperatura, como en el caso del horneado o freír alimentos, se recomienda utilizar el aceite de oliva refinado debido a que tiene un punto de humeo (temperatura a la que el aceite se quema y se descompone) más alto que el aceite de oliva virgen.
Para las preparaciones que requieran un sabor más intenso, se debe utilizar el aceite de oliva virgen. Este tipo de aceite es excelente para utilizar en ensaladas, aliños y aderezos, así como para añadir un sabor especial a platillos como risottos o pastas.
En definitiva, tanto el aceite de oliva virgen como el aceite de oliva refinado tienen sus ventajas y desventajas según el uso que se le quiera dar. Si se busca un aceite con un sabor intenso y que conserve todos los nutrientes de las olivas, entonces el aceite de oliva virgen es la mejor opción. En cambio, si se necesita un aceite con un punto de humeo más alto y que sea más económico, entonces el aceite de oliva refinado es el más adecuado.
Esperamos haber despejado tus dudas al respecto de estos dos tipos de aceite de oliva. De cualquier manera, es importante siempre leer las etiquetas y buscar un aceite de oliva de calidad, sin productos químicos añadidos y fabricado con métodos tradicionales.